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Por su desarrollo industrial y perspectivas económicas en el siglo XXI EE.UU. es un importador neto de materias primas mineras. Actualmente, el Servicio de Geología de EE.UU. registra 50 minerales críticos, inventario que fue reactualizado en 2018. A esa fecha se registraban 35, lo que nos informa que se trata de una lista dinámica que cambia según los desafíos industriales y tecnológicos y materias de seguridad del país. En ese inventario se encuentran metales preciosos y tierras raras los que son parte esencial de desarrollos industriales como aleaciones berilio-cobre para herramientas e instrumentos de precisión; radiografías; moderador y reflectante de neutrones en reactores nucleares; condensadores electrolíticos presentes en móviles, portátiles; GPS, satélites artificiales; armas teledirigidas; pantallas planas, videoconsolas, PDAs, MP3, MP4; super aleaciones; baterías recargables; química fina, etcétera.
Entre estos metales estratégicos hay 5 ligados estrechamente a la seguridad de EE.UU. y a tecnologías en sectores esenciales para la seguridad de su país así como su posicionamiento en aplicaciones industriales y científicas que impulsarán la economía del siglo XXI. Estados Unidos no puede mantener su economía moderna sin un suministro constante de estos metales y minerales claves. Dos autores norteamericanos, Daniel McGroarty y Sandra Wirtz (“Gateway Metals and the Foundations of American Technology” Septiembre 2021, Cfr. https://aheadoftheherd.com/all-the-metals-we-mined-in-2021-visualized/), señalan de manera categórica que, “estos metales son la ‘puerta de entrada’ a nuestra futura fortaleza económica, tecnológica y militar”. Se trata de 5 metales estratégicos a saber, aluminio, níquel, cobre, zinc, estaño, los que constituyen la puerta de entrada de la economía del país al desarrollo del siglo XXI. Es esencial entonces, que existan proveedores de materias primas baratas con convenios de largo plazo y al menor costo. Chile y otros países cumplen con estos requisitos.
Nuestra economía es proveedora de cobre, exporta concentrados que proveen a EE.UU de subproductos esenciales, molibdeno, renio, selenio, telurio y en proporciones menores tierras raras. EE.UU. detenta 5% del total de las reservas mundiales de esos minerales, pero su producción de mina representa un escaso 0.16% de las reservas globales o 3,2% de las reservas estadounidenses que explota. Según los autores mencionados, un mayor desarrollo local de metales “puertas de entrada” llevaría a una menor dependencia del cobre (actualmente depende en un 35%) y, no sólo de ello sino además de sub-productos de metales tecnológicos críticos.
En el caso de los otros metales estratégicos la situación de dependencia de EE.UU. es preocupante. En aluminio, EE.UU. posee 5,72% de las reservas globales y de ello obtiene dos metales tecnológicos galio y vanadio. Por lo que los autores sugieren que EE.UU. está al nivel de su potencial extrayendo más del 62% de sus reservas conocidas, con lo que las necesidades de importación se cifran en 13%.
En el caso del zinc, EE.UU. depende en un 73% de suministros extranjeros, pues representa el 4,8% de las reservas mundiales conocidas de las que extrae sólo el 0,3%. Ese pequeño porcentaje representa 6,33% de las reservas estadounidenses. Esta situación se agudiza en el caso del germanio en un 90% e indio hasta en un 100%. En níquel y estaño EE.UU. debe abastecerse en un 100% del exterior. La publicación American Resources, advierte que en aquellos casos en que el país carece de recursos y la dependencia es total o bien su desarrollo es precario, la exposición a otros países debilita internacionalmente su posición.
El níquel aparece en la nueva lista de metales estratégicos de 2018 del Servicio de Geología de EE.UU., su aprovisionamiento depende de importaciones para asegurar alrededor de la mitad de su consumo anual. Esta dependencia se agudizará al tratarse de un componente químico en las baterías de los vehículos eléctricos. En la actualidad su mayor aplicación es en la fabricación de aceros inoxidables y super aleaciones resistentes a altas temperaturas. La única fuente territorial fiable de producción es la mina Eagle de Michigan que exporta concentrados para su refinado en el extranjero. Se registra un único productor de sulfato de níquel, como subproducto de la producción de metales preciosos del grupo. Dada su escasez en la corteza terrestre (ocupa un 0,008%) la información recogida señala otras opciones en forma de mineral, como la extracción y refinación de otros metales como hierro, cobre, oro, cobalto y no metales tales como el litio, yodo y sales.
en los últimos 200 años hemos carecido de una estrategia productiva de Estado.
Si se trata de medir nuestro poder negociador frente a EE.UU. la situación es clara. EE.UU. depende de Chile así como de Bolivia, Perú y Argentina pero también de otros países mineros en el ámbito global. En lo que nos concierne cito sólo aquellos países con una historia común y cercanía territorial que señalan un potencial de políticas de Estado importante en el comercio internacional. Esto que señalo es un horizonte que debe tenerse en cuenta en cualquiera estrategia, sea esta de guerra, comercial, científica, o tecnológica. Permite ordenarnos para planificar los pasos que deben darse. No digo nada nuevo, pero basta revisar el historial de nuestras estrategias productivas y comerciales para entender que en los últimos 200 años hemos carecido de una estrategia productiva de Estado.
Hace 3 décadas CEPAL ha propuesto en el marco de la competitividad internacional el regionalismo abierto, política que en Latinoamérica, aparece como una alternativa central en el avance del desarrollo y el financiamiento de los costos sociales de las transiciones hacia la modernidad. Esto, porque si Argentina, Bolivia, Chile y Perú, al integrarse al mercado internacional, acuerdan convenios específicos de integración, la sub-regionalización que esto implica, permitirá por una parte, diseñar una estrategia de control y defensa de los ciclos de precios de los minerales y por otra la participación en la cadena de valor de los minerales. Esta práctica de regionalismo abierto significa plantear la fundición y refinación en la Región para alcanzar estadios de desarrollo en la ciencia, la tecnología y la manufactura y el pago de un royalty según el criterio ad valorem con que se ha planteado en el Comité de Defensa y Recuperación del cobre.
Otras modificaciones institucionales son necesarias. La nacionalización del cobre realizada por el Presidente Salvador Allende (11 de julio de 1971) es Ley de la República. Acorde con esta debe establecerse la inconcesionabilidad de los yacimientos mineros y por tanto la derogación de la Ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras (LOCCM, Ley 18097, 07/01/1982). El principio de la Concesión Minera debe establecerse según lo concibió Andrés Bello en su proyecto original del Código Civil (Art. 719 del proyecto) donde el dominio del Estado consagra su carácter patrimonial/regalista. Reconocer esta doctrina permite establecer contratos especiales de operación (CEO) entre el Estado, dueño de los recursos y las partes interesadas, los términos de explotación del mineral. Esa será la base para iniciar el proceso de explotación de los subproductos y construir el sector minero-industrial en el Cono Sur de Latinoamérica.[i]
Las Transnacionales se han convertido en los mayores operadores en el mercado de materias primas mineras, su producción circula entre sus filiales, además de sus clientes externos, caso especialmente importante el de los sub productos de la minería que se inserta en la compleja cadena de valor de los productos primarios. Si hiciéramos un ranking de los intercambios intra-firmas, esto es entre matrices y filiales, para realizar exportaciones e importaciones, Estados Unidos se ubica a la cabeza. Estadísticas al año 2000 señalan que en relación al total de exportaciones ese país registraba 34,3% y 36,9% en relación a sus importaciones. Las relaciones de exportación entre matrices y sus filiales al exterior se cifran a 26,0% y las importaciones a 14,7%. Cuando las matrices se encuentran al exterior de los EE.UU. las exportaciones de las filiales se cifran a 8,4% y las importaciones a 22,2%.[ii]
Diversos estudios en la época de los ‘90s muestran un comercio intra-firma en todos los sectores (bienes) para 1/3 de las exportaciones, siendo objeto de dichos estudios países como EE.UU., Italia, Japón, Alemania. En los años 1994- 1998 la operación de transnacionales estadounidenses en las importaciones alcanza a poco más de 40%. Varios estudios en el período 1975-1994, según datos confirmados por el Departamento de Comercio de los EE.UU., registran intervenciones de dichas empresas en 36% en las exportaciones y 43% en las importaciones —ver José E. Durán Lima y Vivianne Ventura-Dias Comercio Intra-firma: concepto alcance y magnitud” CEPAL, diciembre 2003, cuadro 11. [iii]
Es interesante señalar que en el caso del NAFTA, tratado de libre comercio entre EE.UU, Canadá y México, la integración comercial entre EE.UU. y México era un hecho al nivel de las empresas transnacionales antes del acuerdo entre los gobiernos. En 1982 las filiales extranjeras de propiedad estadounidense, operando entre los dos países, era de 6% de las exportaciones del comercio intra-firma para registrar 27% en 1989. En importaciones ese comercio se había elevado de 23% a 38% entre los años 1982-1989. Comercio intra-firma, Op.cit., Cuadro 13 fuente de estos datos los había obtenido del World Investment Report, UNCTAD 1992, estudio que calificaba a las transnacionales como motores del crecimiento (“Transnational Corporations as engines of growth”).
En el estudio de Cepal, “Comercio intra-firma..." ya citado, se determinó que el volumen mundial de las exportaciones intra-firma en 1993 fue de aproximadamente 1.600 millones de dólares; el comercio intra-firma del 2001 se habría incrementado a 2.672 mil millones de dólares, esto es 1.100 millones más que el monto estimado para 1993. El número de filiales sube 4,8 veces de 174.900 a 851.167. [iv]
ESTIMACIONES DE COMERCIO INTRA-FIRMA EN EL TOTAL DEL COMERCIO MUNDIAL (MILES DE MILLONES DE DÓLARES Y PORCENTAJES)
| 1993 | 2001 |
Número de Matrices ETNs | 36000 | 64892 |
Número de Filiales | 174900 | 851167 |
Exportaciones Mundiales de Bienes y Servicios | 4719 | 7613 |
Comercio Intrafirma | 1572 | 2672 |
Porcentaje de Comercio Intrafirma de EEUU | 33,3 | 35,1 |
Elaborado en basea datos del Cuadro 16 de Comercio intra-firma, Op. cit.E. Durán Limay V.Ventura-Dias. 2003.
Conclusión
Sin una planificación del Estado en el desarrollo industrial del siglo XXI las materias primas seguirán el curso de un extractivismo sin sentido. Esto adquiere particular urgencia en el caso de economías pequeñas como es el caso de Chile pero que se encuentran en una zona de convergencia con otras economías de riqueza minera.
En las últimas décadas del s. XX y las tres décadas del siglo XXI las nuevas estructuras de la producción industrial han modificado sustancialmente las reglas del comercio internacional. Sin embargo, quien fija el precio del mineral no es el productor sino el comprador, pues quien funde y refina, quien transporta y obtiene el producto final que se incorporará a quien manufactura (que estará en la cadena de valor del comprador de metales) realiza la cuenta final de la transacción. Esto consagra una multiplicidad de funciones en la economía de mercado a saber, la de armador, agente de seguros, deudor, financista acreedor, todo ello en el marco de oligopolios y manejo del crédito en las transacciones. De esa manera las partes del negocio a saber, producción de la materia prima, obtención de los subproductos y comercialización corresponden a una estructura de mercado basado en la llamada economía mundo que a la manera de Fernand Braudel (1979)[v] es una economía de una parte del planeta en la medida que esta forma parte de un todo económico integrado en un espacio geográfico determinado en torno a un centro, esto es un Estado- ciudad o una capital económica, por ejemplo Nueva York en EE.UU. En esta visión la economía mundo de Braudel evoluciona en zonas sucesivas de hegemonía económica en el tiempo. Esta concepción dinámica de un todo formado por partes interdependientes se encuentra también en los trabajos de Wallerstein (1979[vi], 1984)[vii] y Taylor (1993)[viii].
La división en filiales del proceso de producción se reparte a escala internacional, lo que va acompañado de un incremento de los intercambios comerciales situación que es independiente de la evolución seguida por la producción. Juan M. Albertos Puebla (1997) explica que el valor de los componentes y bienes semi acabados al ser registrado en las estadísticas de comercio exterior tantas veces como estas atraviesan una frontera al hilo de las diferentes fases del proceso productivo, necesariamente es superior al registro de producción. Es lo que la OMC denomina “tráfico de perfeccionamiento”[ix].
El abastecimiento de materias primas de los países industrializados, constituye la vulnerabilidad central de la potencia dominante que es obligada a negociar las bases de la explotación de los recursos naturales y los términos del comercio. Pues sobre esas bases de entendimiento con las economías proveedoras de recursos naturales se juega su inserción en el proceso de reestructuración del comercio mundial y de los parámetros de defensa que representa su seguridad nacional. Es más, en el proceso de transición en que se pasará de combustibles fósiles a energías limpias, donde se utilizarán catalizadores a partir de metales nobles, subproductos de la explotación del cobre a saber, iridio, oro, osmio, paladio, plata, platino, rodio, rutenio... Mencionemos el hidrógeno verde que se produce a partir de agua y energías renovables como la eólica o la solar para descomponer mediante electrodos las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno. Níquel y cobalto sirven como electro catalizadores para producir hidrógeno verde.
EE.UU. por su poder, su envergadura, sus carencias, en fin, sus necesidades en energía, minerales, tecnología, capitales financieros, recursos humanos, etc., fatalmente derivó en intervenciones y compromisos internacionales, lo que determinó la creación de escudos en escenarios alejados de su territorio; es más, lo obligó a crear un entramado de influencias, créditos a su favor en intercambios fatalmente desfavorables para sus eventuales socios y siempre beneficiosos para sus intereses. De ahí la importancia de un entendimiento entre las potencias locales del Cono Sur a saber Argentina, Bolivia, Chile y Perú. Sólo en ese ámbito podrán articularse mecanismos compensatorios a las oscilaciones especulativas de precio de las materias primas. En ese marco serán posibles los acuerdos que nos lleven al desarrollo de un sector minero- industrial de alta tecnología.
[i] La legislación actual, tanto en el Art. 2 del Código de Minería como en el Art. 9 de la LOCCM y el Art. 577 del Código Civil reconoce al titular de la concesión el derecho real sobre esta, esto es sin respecto a determinada persona, el concesionario puede hacerlo valer, es oponible, no sólo respecto de los particulares, sino también del mismo Estado; el Art. 91 del Código de Minería establece que la sentencia constitutiva que otorga la concesión de exploración o explotación del yacimiento da originariamente su posesión y constituye el título de propiedad sobre ella.
[ii] José E. Durán Lima Vivianne Ventura-Dias, en el estudio Comercio intra-firma: concepto alcance y magnitud Cepal. Serie Comercio Internacional. División de Comercio Internacional e Integración. Comercio internacional. Santiago de Chile, diciembre de 2003. Ver cifras relativas en Anexo A1, exportaciones e importaciones en Anexo 2. https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/4384/1/S2003732_es.pdf
[iii] José E. Durán Lima Vivianne Ventura-Dias, en el estudio Comercio intra-firma: concepto alcance y magnitud Cepal. Serie Comercio Internacional. División de Comercio Internacional e Integración. Comercio internacional. Santiago de Chile, diciembre de 2003. Ver en https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/4384/1/ S2003732_es.pdf
[iv] Los autores Durán y Ventura-Días para la información sobre el comercio intra- firma del Cuadro 16 se basaron en la publicación UNCTAD (1995), World Investment Report 1995. Transnational Corporations and Competitiveness. Nueva York. Naciones Unidas. Cuadro I.3, pp. 37-39 y Gráfico IV.1, p. 193).
[v] F. Braudel (1985) La dynamique du capitalisme. Flammarion, Éditions Athaud, Paris, 1985, p.p. 84-89. Este volumen recoge el texto de tres conferencias que el autor realizó en la Universidad de John Hopkins en Estados Unidos en 1976. Este texto es anterior al libro Civilisation matérielle, Economie et Capitalisme (1979). Editorial Armand Colin.
[vi] Wallerstein, I. (1979). The Capitalist World Economy. Cambridge. Cambridge University Press.
[vii] Wallerstein, I. (1984) The Politics of the World Economy. Cambridge. Cambridge University Press.
[viii] Taylor, P.J. (1993) Geografía política, Economía-mundo, Estado-nación y localidad. Madrid. Trama Editorial.
[ix] Citado en Juan M. Albertos Pueblas (1997). El Papel de las Corporaciones Transnacionales en el proceso de globalización: ¿Nuevas oportunidades de desarrollo para regiones atrasadas? Boletín de la A.G.E. N° 24, p. 4.
Santiago, noviembre 22, 2022
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