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La política supera la realidad y nos trasciende [1]

Mirtha Domínguez Carrasco

Actualizado: 1 abr 2023


Breve Comentario de la situación política en Chile desde el 18 de Octubre de 2019

Con la alegórica imagen de la Presidenta de la Convención Constitucional, Elisa Loncón Antileo, que nos mira con sus ojos escrutadores desde la historia presente, sentimos el deber de recordar algunos hechos que catapultaron la revuelta social, devenir lógico de una muerte anunciada.


A partir de la revuelta social del 2019, la política chilena ha experimentado un gran e interminable cambio que a todas y todos nos corresponde guiar hacia una verdadera democracia popular y bienestar social, apoyando y protegiendo la gestión de la Convención, único órgano electo conformado cual un reflejo de la sociedad chilena y que tiene en sus manos el futuro de nuestro país.


Para ello es muy importante no olvidar. Debemos recordar siempre que fueron las y los estudiantes —adolescentes, niños y niñas— no-ciudadana/os, considerados dependientes de las y los adultas, quienes por enésima vez nos mostraron el camino, asumiendo independientemente la insurgencia social: saltaron los torniquetes del Metro ante el aumento

del precio del pasaje, llenando los titulares: Escolares volvieron a liderar evasiones en el Metro de Santiago el 17 de Octubre de 2019. y nos demostraron que sí se podía, interpelando no sólo al Estado sino también a la población adulta, con el lema ¡No son sólo 30 pesos, son 30 años! y evidenciando el nada histórico hecho de que estuviésemos tantos años subyugados, sin levantar nuestras cabezas ante el abanico de injusticias que aplasta a la sociedad chilena desde el execrable golpe cívico-militar del 11 de septiembre de 1973.


Con el actuar de ellas y ellos despertamos, la gente se subió al carro y dijo basta, expresándose multitudinariamente contra todos los poderes del Estado, la clase empresarial y todas las instituciones abusadoras. Estábamos en un nuevo país, diferente al dejado por la tiranía, tanto de la dictadura como de los gobiernos de la pseudo-democracia, era un renacer de la época oscura, cual el Renacimiento de la Edad Media. Se trataba de encontrarse y conocerse, de conversar, de discutir y proponer ¡Las calles nos correspondían, sentíamos que estábamos en nuestro país y que el país era nuestro! Crecían y crecían las movilizaciones que en muchos países eran noticia, admirados ante las multitudes de chilenas en las calles, logrando su máxima expresión en la histórica marcha del 25 de Octubre de 2019 , que en todo Chile reunió a más de 2 millones personas a pesar de la cruenta represión de fuerzas policiales y militares que dejó miles de víctimas, desde el simple maltrato a detenciones arbitrarias, golpizas, torturas y asesinatos, que sólo provocaban más llamamientos a la desobediencia civil.


La fuerza y empuje del movimiento popular que pedía la renuncia del presidente y una Nueva Constitución, más el desorden social asustó a la clase política, al respecto, el senador Alejandro Guillier expresó: Si cayera el Presidente, cae el Congreso. Aquí nos vamos todos para la casa. La crisis de legitimidad también nos toca a nosotros [...] Si cae Piñera caemos todos [3>].


El frágil Estado de derecho y los derechos humanos nuevamente violados puso a la comunidad internacional en estado de alerta y atenta a este Chile desangrado, incrédulos, intentando comprender qué pasaba en el oasis de América Latina según la infeliz frase de Piñera, expresada apenas nueve días antes del inicio de la revuelta, que obligó a la clase

dirigente a ceder y responder al clamor popular desde sus cargos privilegiados para defender el statu quo ¿Cómo lo hicieron? firmando un acuerdo inconsulto, espurio y elitista, denominado Acuerdo por la paz social y la nueva constitución, con el cual pretendieron calmarnos, pensando que sería un elemento catalizador. Sí calmó algo, pero su contenido generaba incertidumbres: ¿cómo se haría el plebiscito... y especialmente el tema de los 2/3...? causó muchas discusiones, que aún ahora nos dividen (véase lo que sucede en la Comisión de Reglamento).


Y luego llegó en forma de pandemia un oscuro salvavidas para el gobierno, lo que les permitió decretar toque de queda, eterno... y las prohibiciones de circulación y reunión, ello sí ad hoc a una pandemia. Se aplazó el plebiscito y las manifestaciones bajaron ostensiblemente, manteniéndose en la lucha sólo sectores más combatientes y la primera línea, a quienes debemos reconocer el mérito de mantener viva la revuelta. Pero la pandemia incrementó la brecha social y ante la tozudez del gobierno de no entregar un ingreso universal como en otros países, facilitó lo imposible, lo que NO se podía hacer : ¡retirar dinero de las AFP!; medida populista (digna de estudio) que fue muy bien recibida por las y los" beneficiados", ya que la gente necesitaba solventar costos básicos.


Entretanto, en un respiro de la pandemia y con esperanzas encontradas, se lleva a cabo el Plebiscito Nacional del 25 de octubre de 2020, que congrega a mucha gente a sufragar, observándose mayor participación en comunas que se habían distanciado de los procesos eleccionarios y cuyo resultado fue de un 78.28 % de aprobación y nuevamente el pueblo se tomó las calles. Más de 6 meses más tarde, el 15 y 16 de mayo de 2021, se realizaron las votaciones para elegir la Convención Constituyente cuya misión es redactar la Nueva

Constitución y una vez más se logra una alta cantidad de constituyentes representantes del pueblo, independientes y nuevas fuerzas sociales nacidas en medio de la revuelta. Ya antes se había logrado que los pueblos originarios tuvieren 17 escaños reservados, por lo que se conforma una Convención histórica, primera en el mundo paritaria y plurinacional y cuya presidenta es una mujer, del pueblo nación Mapuche, que saluda en mapudungun y reconoce la autoridad ancestral de la Machi Francisca Linconao.


La histórica irrupción de la "Vocería de los Pueblos", con los 6 puntos necesarios para salvaguardar la democracia, mantienen su relevancia y alcances, lo que es posible apreciar en el tenor del desarrollo de la Convención, destacando que como primera acción, exigieron que la Convención Constitucional emitiera una declaración dirigida a los “órganos constituidos” respecto a la prisión política y a la militarización del Wallmapu, solicitando que se aceleren los proyectos de ley de indulto, de reparación de víctimas de violaciones a los DD.HH., que el gobierno retire las querellas por seguridad del Estado y la desmilitarización del Wallmapu, aprobada por 105 de los 155 constituyentes. ¡Un botón de relevancia!


Contexto político y social

A pesar del rotundo 80% de aprobación obtenida en el plebiscito en pro de una Nueva Constitución, el gobierno, la derecha y la ex-concertación no se esperaban lo que iba a suceder en la elección de constituyentes; bueno, nosotras/os tampoco. La gran votación obtenida por la Lista del Pueblo e Independientes asustó a la elite, que sigue de susto en susto.

Mientras seguimos sufriendo los efectos de la pandemia, sin disminución de personas fallecidas y un alto porcentaje de contagios producto de una política gubernamental ineficaz e inoperante que obliga a la población precarizada a salir a trabajar, que nunca cerró el aeropuerto posibilitando así la entrada de la variante Delta y ¡ni hablar de las caóticas cuarentenas! A pesar de ello, la política sigue su propio curso y lo que hoy es noticia, ya mañana no lo es. A ello se suma una nueva traición del Parlamento, ese poder del Estado

que debería velar por el Estado de derecho, vota a favor de continuar el estado de excepción que faculta al ejecutivo a prolongar el toque de queda, medida propia de una dictadura.


Vocería de los Pueblos

Ante la difícil situación sanitaria y la caótica realidad social y política, resulta estimulante la irrupción de un pequeño gran grupo integrado originalmente por 34 convencionales electas/os; mujeres y hombres en su mayoría jóvenes, entre ellas y ellos representantes de pueblos originarios; autodenominado Vocería de los pueblos, que se definen independientes de los partidos tradicionales, del poder económico y eclesiástico y llaman a no subordinarse al Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución del 15 de noviembre de 2019, en reconocimiento de la soberanía popular.


En su primera declaración, establecieron seis garantías democráticas para llevar adelante el proceso constituyente, provocando tal alboroto, cual si hubiesen llamado a quemar La Moneda, lo que, ¡Oh sorpresa! no sucedió [2].


Con ello, sí lograron realmente incendiar el escenario político y estar en el primer plano de la discusión. La elite gobernante se pregunta: ¿quiénes son? ¿alienígenas? ¡qué van a hacer en la Convención! Ante el peligro inminente han utilizado sus medios de comunicación y periodistas ad hoc, recurriendo a las viejas estrategias descalificatorias de la derecha, para infundir miedo en la población con noticias falsas y/o distractoras.


Una de las razones del temor de la elite, es que entre las y los constituyentes, hay quienes pertenecen y/o han liderado organizaciones de defensa ambiental y territorial, logrando evitar la instalación de grandes empresas depredadoras en determinados lugares, ganando algunas causas judiciales. También es relevante mencionar la presencia de una abogada que defiende a presos políticos mapuche del Wallmapu [3].


El 19 de junio en su segunda aparición pública, la Vocería de los Pueblos invita a las y los 155 constituyentes a discutir en conjunto el acto de instalación de la Convención, hito relevante para establecer su autonomía, además de acusar discriminación por parte del ejecutivo que ha sostenido conversaciones con otra/os constituyentes, sin hacerlo con la/os representantes de la articulación de constituyentes de movimientos sociales y de escaños reservados. Estiman que la Convención debe ser “una instancia participativa, de carácter inclusiva, plurinacional, con perspectiva de cuidados, territorial, descentralizada, con autonomía y sin tutelas” y que el Decreto Supremo para convocar a la Convención Constitucional, sólo debe indicar el lugar y la fecha de la primera sesión.


Pero, el domingo 20 de junio el ejecutivo desoyendo estas declaraciones, promulga el decreto No 1.684, que convoca a la sesión de instalación de la Convención Constitucional para el 4 de julio, excediendo sus facultades con artículos que no son de su competencia, a saber: aceptan asumir y ejercer el cargo de conformidad al Capítulo XV de la Constitución Política de la República, lo que entre otros atenta contra la cultura de representantes de pueblos originarios, provocando nuevos roces entre el gobierno y más de la mitad del total de constituyentes.


Al día siguiente, 21 de junio, se concreta el encuentro virtual citado por la Vocería de Los Pueblos con el objetivo de coordinar la instalación de la Convención Constitucional. Ya no son tan sólo “las y los 34”, burda manera de ningunearles, sino fortalecida, aumentando a 45 sus integrantes y con el respaldo de 600 organizaciones sociales y territoriales. Ostentan un discurso provocador, comprensible y directo que hace mella en la población y atractivo para sus pares. Y una vez más, logran lo impensable, al reunir a 87 convencionales, provenientes de escaños reservados de Pueblos Originarios, Lista del Pueblo, Apruebo Dignidad, Lista del Apruebo e Independientes No Neutrales (INN), demostrando su gran poder de convocatoria.


En esta instancia la Vocería de los Pueblos enfatizó la importancia de las seis garantías democráticas necesarias para un buen desarrollo de la Convención, planteando la necesidad de que esta discusión se dé desde el inicio del proceso constituyente, a saber: la libertad de presos políticos, la verdad, justicia y reparación de violaciones de DDH, el cese de las expulsiones colectivas, la desmilitarización del Wallmapu y la soberanía de la convención.


Las y los convencionales debido a la diversidad presente en la Convención, y especialmente la procedencia geográfica, no se conocían, lo que ameritó dedicar un tiempo considerable para la presentación de cada constituyente y expusiera su postura y opinión respecto a los

principios de la convocatoria. Se acordó debatirlos y para ello conformaron equipos de trabajo, destacándose una comisión transversal a cargo de preparar una próxima reunión autoconvocada, estableciéndose una nueva y más amplia instancia de trabajo, denominada “Convención autoconvocada por la instalación”. Esto, innegablemente, caló hondo en el gobierno y en el mundo político, comprendiendo (supongo por el devenir de los hechos) que ya no es sólo un movimiento de sectores marginados, sino que representa a la mitad de la Convención trabajando en su autonomía.


“Convención autoconvocada por la instalación”

Se propone funcionar hasta el día 4 de julio, fecha de la instalación de la Convención Constitucional, manteniéndose alertas ante las acciones del gobierno que intenten pautear y/o cooptar la Convención.


Se reúnen en tres amplias sesiones: la inicial, el 25 de junio, en la cual participaron hasta 91 constituyentes; la segunda, el 27 de junio, y la tercera, el 29 de junio. Estas fechas son relevantes, pues demuestran el trabajo arduo, sistemático, transversal y asociativo en base a los paradigmas de la Vocería de los Pueblos, manifestando su molestia por el trabajo desarrollado por la SEGPRES, que no les ha considerado en esta etapa:


”El poder político está acostumbrado a excluir y tomar acuerdos sin la voz de los pueblos, hoy iniciamos conversaciones para que la instalación de la Convención sea construida con nuestra participación soberana, no desde el Ejecutivo”, señalan.


La/os convencionales autoconvocada/os discuten como abordar el diseño de la primera sesión, especialmente importante para los pueblos originarios, por la definición de los elementos simbólicos que la enmarcarán, para ello elaboraron propuestas sobre los temas previos, durante y posteriores a la instalación de la Convención.


El resultado de ese trabajo que contiene las medidas y condiciones que se deben cumplir en la ceremonia de investidura denominado “Lineamientos - instalación - CC - 21” fue presentado al ejecutivo. Hoy 03 de julio, no sabemos lo que pasará mañana, pero sí sabemos que el gobierno ha cedido a los requerimientos básicos de constituyentes de pueblos originarios, que amenazaron con no asistir a la ceremonia inicial.


En este breve período hemos observado un cambio importante en el modo de hacer política y cómo el tener objetivos comunes y actuar asociativamente de ese pequeño gran grupo, la Vocería de los Pueblos, ha logrado, al igual que el pueblo con la revuelta, doblar la mano al

gobierno, mañana no será otro día más, será el comienzo de la nueva constitución, que nos merecemos.


[1] Trascender, filosofía: En el sistema kantiano, traspasar los límites de la experiencia posible.

[2] A diferencia de otros que no dudaron hacerlo en el pasado reciente.

[3] La información detallada consta en el artículo de El Desconcierto del 13 de Junio de 2021.


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